Sexualidad sagrada

“Decían los antiguos tántricos y taoístas, que el Yoni de la mujer es el asiento de la vida, un templo sagrado de amor, placer y éxtasis divino. Ellos afirmaban que el cuerpo femenino, cuando era estimulado desde el amor y la adoración, era capaz de producir ciertos fluidos medicinales que elevaban la consciencia del hombre y le acercaban a dios.

Para los hombres tántricos, hacer brotar el agua de la mujer, el fluido sagrado o néctar de jade (como ellos le llamaban), era sinónimo de recibir toda la energía Shakti sagrada de la tierra; su belleza, sensibilidad, amor y abundancia. 

Para ello, son necesarias las caricias, el preámbulo amoroso necesita estar cargado de paciencia, dedicación, sutileza, sostén y devoción. Es un rito sagrado que permite al hombre recibir la energía de la Diosa dentro de su propio ser, y fundirse. Y permite a la mujer acceder a las dimensiones más poderosas de amor, apertura, fertilidad y creación.”  (Karuna Shakti)

Mis primeros pasos como terapeuta holística los dí trabajando en sexualidad femenina. Primero como terapeuta menstrual y ya después, buscando en lo profundo de la sexualidad que cada mujer tenía guardada como un secreto inconfesable.

Los abusos en la infancia y juventud eran recurrentes en la mayoría, los silencios perpetuos, la incomodidad al hablar del tema, el reflejo de un cuerpo torturado por la culpa y por la falta de placer, todo esto comenzó a dibujar un camino terapéutico de sanación y liberación profunda en cada una de las mujeres con las que he trabajado.

Y hoy lo primero que pregunto es qué métodos de anticoncepción y cuidado utilizan, para así ver, cuan bloqueadas están desde lo uterino, lo hormonal y lo sagrado femenino.

Y me doy cuenta cuán “naturalizado” está el “no sentir nuestro ciclo menstrual”... y me pregunto: ¿Si no sentimos en el transcurso de nuestras cuatro fases menstruales los cambios que nuestro cuerpo experimenta, podremos sentir verdaderamente el acto sexual con sus preámbulos, matices, suavidades y profundidades?

Y es aquí donde puedo darme cuenta lo poco conectadas que estamos, el poco gozo que nos permitimos al momento de hacer el amor, la nula idea de que podemos sentir un placer infinito, no solo por tener un buen amante, si no porque me conecto con mi cuerpo cada día, lo experimento, lo nutro, lo cuido  buscando comprender la dimensión sagrada y maravillosa de la sexualidad.

Y es acá donde lo ancestrólogico y biográfico toma una importancia mayor de la que pensamos. 

¿Qué información recibí sobre el placer sexual?

¿Cómo fue la sexualidad de mis abuelas, de mis tías y de mi madre?

Hay una herencia indudable que nos llega sin pedirla, y muy pocas veces nos hacemos cargo de ella.

Mis lobas, sanen sus cuerpos femeninos primero desde el centro de calor y placer. Busquen espacios de sanación que les provea una imagen sana de lo que deberían sentir y explorar con sus maravilloso cuerpos. No se queden mudas, creyendo que el silencio traerá la felicidad. Hablemos de nuestro ciclo menstrual, hablemos de sexualidad, de ritmos, de cambios, de masturbación y de secretos afrodisíacos. 

Sanen a sus madres y abuelas amordazadas por una sociedad que nos les permitió sentir placer y mucho menos exigirlo. Sanen su linaje femenino y den un vuelco a la historia familiar, siendo mujeres llenas de amor propio que saben y conocen quienes son y lo que sus cuerpos necesitan.

Nuestro cuerpo es sagrado, el cuerpo de nuestros amantes es sagrado, demos el sentido real y perfecto que tiene el acto de “crear”, el acto de fundirnos en un amor perfecto.

Busquen en lo más profundo de su ser, la sabiduría de comprender que la sexualidad es lo mas bello y sagrado que el Creador nos ha regalado.



Anterior
Anterior

¿Permites que la abundancia sea parte de tu vida?

Siguiente
Siguiente

Mis kilos perfectos