“Sanando la conexión con nuestra intuición femenina”

El cuento “Vasalisa” en TODOS los clanes ha dejado una huella imborrable, creo que es uno de los cuentos fundamentales de mi selección ya que trabaja el concepto de “Iniciación”  y el desarrollo y utilización de la intuición femenina.

Y fue así que para Cecilia (58 años) el trabajo con este cuento sanó la herida con su madre en torno a su nula iniciación femenina, a la escasa conexión con su intuición y también, lo poco que había heredado a sus hijas en este ámbito.

Ese Clan de Lobas del año 2009 fue formado por madres e hijas, incluyendo la mía.

Fue fantástico poder entablar ahí mismo el diálogo con ellas y comprender su carente iniciación.

Ahí el cuento Vasalisa hizo un gran trabajo.

La “muñequita de Vasalisa”, como arquetipo de intuición fue verdaderamente el eslabón de sanación para cada una de las que participamos.

Y Cecilia pudo comprender la importancia de la Iniciación femenina, y enmendar el rumbo como madre, regalándole a sus hijas un acto psicomágico de iniciación que fue conducido por la medicina del cuento Vasalisa.

Muchísimas mujeres guiadas por “La muñequita de Vasalisa”  han podido sanar la ruptura con su sabiduría interna y volver a iniciar un trabajo intuitivo que les permitió tomar su real poder femenino.

“Sanando el sentido de pertenencia a un clan femenino”

Muchas de las mujeres que pertenecen a los Clanes de Lobas llegan huérfanas de sentido de pertenencia a su linaje familiar. Muchas encuentran en el clan la imagen de “familia” que las hace recobrar el aliento y las empuja a una trabajo espiritual lleno de confianza y apoyo.

Para estas lobas, la herida de no pertenecer, o de haber sido sacadas de su familia o simplemente “no aprobadas” por su madre, hermanas, abuela, tuvo su sanación a la luz del cuento “La Cenicienta India”.

Recuerdo a Dominga (35 años) que pertenecía a uno de los clanes que realizamos en Antofagasta el año 2016.

Dominga arrastraba una muy baja autoestima producto de ser muy diferente física y espiritualmente a su familia. Se sentía fea, poco talentosa y no aceptada por las mujeres de su linaje.

Comenzamos a trabajar el cuento “La Cenicienta India” y Dominga escuchaba atónita el relato.

Pudo conectarse con la protagonista pero a su vez, comenzar a ver los tesoros que ella guardaba. 

Se identificó con ella y encontró la sanación junto al proceso que recorre la cenicienta con su cuñada en el cuento. Arquetípicamente, el cuento le devolvió su belleza, su centro y pudo mirarse con la aprobación que anhelaba de su linaje familiar.

Y poco a poco, Dominga floreció, despertó de esa inconsciencia que venía de su frustración juvenil, y en su adultez pudo liberarse de esa carga gracias a la medicina del cuento.

Muchas otras mujeres guiadas por los cuentos han sanado la relación con su linaje femenino.