Una patada espiritual
Hace años, en una de las muchas terapias que he realizado para trabajar mis sombras, una terapeuta muy querida me dió una “patada espiritual”. Fue loco, pero, física y energéticamente hizo un acto duro de toma de consciencia donde me acorraló y no me dió tregua a mi “flojera interna-espiritual”. Fue uno de los actos más duros y bellos que he experimentado, pues, desde aquel momento, nunca más dejé pasar una oportunidad de crecimiento interior. Hoy estamos en esa prueba, una “patada espiritual” que viene desde afuera, que no pedimos pero que llegó con esta crisis en el planeta. ¿Y que estamos haciendo? ¿Estamos tomando verdaderamente esta oportunidad? Si te suscribiste al Clan de Lobas es porque eres una mujer en búsqueda interna, que no para hasta movilizar todo aquel aspecto que te ensombrece, ¿cierto? Entonces te animo a que sigas haciéndolo, que vuelques tus energías al trabajo de consciencia mucho más de lo que antes lo hacías. Hoy es tiempo de dejar el consumo de lo material y priorizar los gastos que debemos hacer en lo verdaderamente importante, el desarrollo espiritual. En estos días de crisis, la asistencia a mi consulta bajó un poco, pero bajó por el miedo al traslado, o por cambios de horarios en las vidas de mis pacientes, pero uno de ellos me dijo: “no dejaré la terapia por más que me deba apretar el cinturón, acá es donde verdaderamente encuentro la paz y la consciencia que necesito para sostener mi vida en estos tiempos.” Y han llegado pacientes nuevos, movilizados por esta crisis bendita y sabia que nos tiene a todos en ascuas, en esa incertidumbre que nadie nos enseñó a sostener. Te sonará muy auto referente, y no quiero que pienses que este correo lo redacto para mi venta personal… No, lo hago para motivarte a que sigas en tus procesos espirituales, sigue en tus terapias y talleres con el profesional que quieras, y comienza algo nuevo, pero NO DEJES DE TRABAJAR EN TI. Hoy es cuando debemos ser capaces de dar el gran salto como sociedad, y esto se contagia, esto es sistémico, si tu te sanas, sanas a quienes te rodean. Hacemos espirales de sanación donde el punto de inicio eres tú y luego, el espiral va creciendo y expandiéndose infinitamente. Entonces, bendice este momento, desde la vereda que estés, agradece esta tremenda “patada espiritual y colectiva” que hemos recibido y que será recordada como un hecho que marcará tu vida en una antes y un después, para ser la mujer que siempre has soñado.
Dale, no estas sola, somos muchas.
Todo mi amor y luz en estos días